Es llorar abrazados,
es echar de menos cuándo uno falta,
es no querer separarse ...
es que llegues a casa y hagas la cena.
Es entender que el uno sujeta al otro
y el otro al uno. Y así ... día tras día.
Es compartir momentos bonitos.
Es no aislarse y hablar
de lo que le mueve a cada uno.
Es sentir que tu mano es fuerte ...
es sentir que, cualquier momento
es bueno para volver a hacerte reír.
Y así, una escapada al Delta puede parecer
un suspiro ... y toda la vida ... un año.
Disfrutar de los momentos felices
absorber todo lo bueno
y guardarlo en la recámara.
Aquí y ahora, tu y yo.
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