Por mucho que me aferre a los días largos ... el verano se va ...
A mitad de la tarde, entra por la ventana un rayo de luz de Otoño que me invita a cambiar de tercio y empezar a pensar en la rebeca de lana. Los pies, al atardecer, empiezan a quedarse fríos llevando sandalias, las ventanas las cierro por la noche para no coger frío y ya he visto caer alguna hoja cerca de casa. Creo que no tendré que ir muy lejos para encontrarme con la estación de la melancolía, creo que no hará falta salir a buscarla.
Septiembre?? Bien, gracias. Pienso en caminar oyendo el crujir de las hojas ...
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