Mientras que adornábamos el árbol me venían recuerdos de la infancia en la que, junto con mi madre, íbamos poco a poco colocando cada adorno en su ramita. La Navidad ha llegado este año a casa el primer día de invierno. Ha aterrizado de golpe y, al parecer, para quedarse. Abrir la puerta y dejar que nos dé la bienvenida con sus luces, será una costumbre durante estos días.
Precioso, Ana! Feliz Navidad, guapa!
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