Me meto dentro y cierro la ventana.
Traen el velón y dan las buenas noches.
Y mi voz da, contenta, las buenas noches.
Ojalá mi vida sea siempre esto:
el día lleno de sol, o suave lluvia,
o tempestuoso como si se acabase el mundo.
La tarde suave y las cuadrillas que pasan
miradas con interés desde la ventana,
la última mirada amiga al sosiego de los árboles, y después, cerrada la ventana, el velón encendido,
sin leer nada, ni pensar en nada, ni dormir,
sentir a la vida correr por mí como un río por su cauce
y ahí fuera un gran silencio, como el de un Dios que duerme.
Alberto Caeiro
De el Guardador de Rebaños
Precioso poema! Me encanta la foto, Ana!
ResponderEliminar¿Este poema no es de Fernando Pessoa ?
ResponderEliminarPues sabes que pasa?... que a Pessoa le gustaba jugar al despiste y tenía heterónimos, es decir, nombres falsos a los que atribuía parte de sus libros. Este poema lo escribió Alberto Caeiro, heterónimo de Pessoa. ;)
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